“La luz es nuestra vida y convivimos con ella día a día”. El pasado 27 de abril, el lighting designer Jordi Ballesta fue el encargado de moderar una charla distendida sobre la cultura mediterránea y el objeto de luz, impulsada por la firma de iluminación Bover y por la tienda de mobiliario y diseño Pilma. Participaron en ella: Joana Bover, fundadora y directora de arte de Bover; la arquitecta Benedetta Tagliabue, y el diseñador industrial Gonzalo Milà. La tienda de Pilma en Diagonal 403 fue el escenario perfecto para una reflexión sobre la luz, “nuestra luz”, a la que acudieron más de 70 profesionales del interiorismo, la arquitectura y el diseño en general.
El estilo mediterráneo es una de las señas de identidad de Bover. Como explicó Joana Bover en la charla: “la luz es el nexo de unión de los pueblos del Mediterráneo. La cuidamos, la necesitamos, jugamos con ella a través de las persianas.” Para Benedetta Tagliabue, por su origen lombardo, la considera “un sueño”, y se hace eco de las palabras de Antoni Gaudí, que defendía la influencia del Sol en la estética de cada cultura.
Es de sobra conocido que la luz es una onda y una radiación. Es algo etéreo, tiene un punto de magia, es intangible. Nos relacionamos con ella a través de los objetos. Para Gonzalo Milà, crear una lámpara es “poner luz cuando no la hay”. Un trabajo minucioso y cuidadoso, que en el caso de Tanit, diseñada por él para Bover, se prolongó a lo largo de dos años hasta conseguir el diseño perfecto.
Benedetta Tagliabue, como arquitecta, vive esta relación a mayor escala: “La arquitectura, las superficies, los volúmenes, son lo que da fuerza a la luz. Sin ellos, no hay luz” Una idea presente en sus lámparas Dome y Domita, con alta carga formal.